"A l'immense majorité"

MACHA VELASCO, RUPERTO

SENCICO
989515270
ruperto_macha@hotmail.com

ANÁLISIS DE UN TEXTO

27.02.2013 17:35

 

 

La práctica de la lectura, que debe ser permanente  en toda perso­na actualizada con los conocimientos del mundo contemporáneo, es propiamente un proceso intelectual e ilimitado, con más razón si se trata de una lectura de estudio.

En esta ocasión, realizaremos la lectura y análisis de un texto relacionado con un tema especializado. Al final, podemos redactar un resumen, aprovechando especialmente­ las ideas principales o elaborar un mapa conceptual como aproximación a lo comprendido.

Un proceso general de lectura sugerido, capaz de abreviarse o ampliarse,  es el siguiente:

1. Lectura inicial del texto. Se desenvuelve procurando el máximo acercamiento al contenido. Es importante la máxima concentración en nuestro cometido.

2. Desarrollo del vocabulario. Constituye un paso impor­tante en la comprensión cabal del texto. Una primera lectura suele revelarnos términos cuyos significados conocemos escasamente o desconocemos por completo y que debemos aclarar, para entender bien el contenido. Con tal propósito recurrimos al diccionario general y al diccio­nario especializado. Tengamos en cuenta que un término habitualmente tiene más de un significado, según el contexto del lenguaje y según los usos de los diversos grupos humanos (realidad sociolingüística y contexto sociocultural).

3. Nuevas lecturas. Precisado el significado de los términos poco conocidos, volvemos a leer el texto, para lograr entenderlo a plenitud. Es decir, debe lograrse una visión totalizadora y clara del contenido.

4. Subrayado de las ideas principales en cada párrafo. Este procedimiento se cumple paralelamente a las lecturas del texto, en la medida que nuestra comprensión es adecuada. Se subraya lo más importante, lo fundamental, en cada párrafo. Algunos párrafos pueden ser no trascen­dentes y los pasaremos de largo. Propiamente, ingresamos a un análisis del contenido.

5. Elaboración de un resumen. Si transcribimos las partes subrayadas del texto, evitando todo tipo de redundancias y estableciendo las conexiones o modificaciones necesarias, ya tenemos un resumen, el cual contiene lo esencial de la lectura, tomando en cuenta las ideas claves del autor.

6. Elaboración de un mapa conceptual. Son representaciones gráficas acerca de cómo interpreta una persona la lectura que ha realizado o un tema que se ha desarrollado utilizando diversos medios. Los mapas conceptuales contienen tres elementos fundamentales: concepto, proposición y palabras de enlace. Los conceptos son palabras o signos con los que se expresan regularidades; las proposiciones son dos o más términos conceptuales unidos por palabras de enlace para formar una unidad semántica; y las palabras de enlace, por tanto, sirven para relacionar los conceptos, como en el primer ejemplo.

APLICACIÓN

 

1.      Lea el siguiente texto las veces que considere necesario y precise el tema.

2.      Determine las partes fundamentales  que tiene el texto, a partir de la evolución de los  contenidos que desarrollan los párrafos sucesivos.

3.      a) Elabore una lista de términos conceptuales claves. Piense en las categorías clave [del tema]

b) Ordénelos de los más generales a los menos generales.

4.      Elabore el mapa conceptual organizando proposiciones (frases) en las que se utilice claramente palabras de enlace. 

5.      Explique el  resultado de su trabajo.

 

ELEMENTOS BÁSICOS DE LA IMAGEN

EL PUNTO

Es la unidad más simple, irreductiblemente mínima, de comunicación visual. En la naturaleza, la redondez es la formulación más corriente, siendo una rareza en el estado natural la recta o el cuadrado. Cuando un líquido cualquiera se vierte sobre una superficie, adopta una forma redondeada aunque no simule un punto perfecto. Cuando hacemos una marca, sea con color, con una sustancia dura o con un palo, concebimos ese elemento visual como un punto que pueda servir de referencia o como un marcador de espacio. Cualquier punto tiene una fuerza visual grande de atracción sobre el ojo, tanto si su existencia es natural como si ha sido colocado allí por el hombre con algún propósito (figuras, a continuación).

 

LA LÍNEA

Cuando los puntos están tan próximos entre sí que no pueden reconocerse individualmente aumenta la sensación de direccionalidad y la cadena de puntos se convierte en otro elemento visual distintivo: la línea. La línea puede definirse también como un punto en movimiento o como la historia del movimiento de un punto, pues cuando hacemos una marca continua o una línea, lo conseguimos colocando un marcador puntual sobre una superficie y moviéndolo a lo largo de una determinada trayectoria, de manera que la marca quede registrada.

EL PLANO

El plano, desde el punto de vista de su naturaleza plástica, es un elemento morfológico de superficie, íntimamente ligado al espacio y que se define en función de dos propiedades:

·               Bidimensionalidad. El plano define lo alto y lo ancho, sin olvidar que puede ser proyectado en el espacio las veces que se desee y en la orientación que convenga simulando volumen.

·               Forma. El plano determina la organización del espacio, su división y su ordenación en diferentes subespacios. Por otra parte, la superposición de planos nos permite crear sensación de profundidad.

Los planos pueden ser geométricos (cuadrado, círculo, triángulo), orgánicos (curvas libres), rectilíneos, irregulares (rectas y curvas sin medición matemática) y accidentales.

EL TAMAÑO

El tamaño del ser humano actúa como un valor canónico que sirve de referencia para las innumerables formas de segmentación y ordenación del espacio que cotidianamente llevan a cabo los arquitectos, los fabricantes de coches, muebles, etc. Todo se construye a medida del ser humano.

LA FORMA

La forma es un elemento a medio camino entre lo perceptivo y la representación. Un avión, por ejemplo, puede tener apariencias muy diversas o ser percibido desde puntos de vista diferentes. En cualquier caso, su estructura sigue siendo en todos los casos la misma. Gracias a esa forma estructural reconocemos sin problemas todos los tipos de aviones y todas las vistas parciales de cada uno de ellos y nuestra percepción no es engañada por las apariencias de los casos individuales. Si una composición consiste en una sola forma, se le denomina forma simple. Al unir formas que son diferentes obtenemos una forma compuesta.

LA TEXTURA

Es una agrupación de pautas situadas a igual o similar distancia unas de otras sobre un espacio bidimensional y, en ocasiones, con algo de relieve. Tiene una naturaleza plástica asociada a la sensación de superficie. En efecto, su principal función es la capacidad para sensibilizar superficies, es decir, aportar la sensación de aspereza, rugosidad, suavidad, lisura, etc. La textura afecta a dos modalidades sensoriales diferentes: la visual y la táctil. Además, permite representar la profundidad en un plano bidimensional.

EL COLOR

Las representaciones monocromáticas que aceptamos con tanta facilidad en los medios visuales son sucedáneos tonales del color, de ese mundo cromático real que es nuestro universo tan ricamente coloreado. Mientras el tono está relacionado con aspectos de nuestra supervivencia y es, en consecuencia, esencial para el organismo humano, el color tiene una afinidad más intensa con las emociones. En realidad, el color está cargado de información y es una de las experiencias visuales más penetrantes que todos tenemos en común. Por tanto, constituye una valiosísima fuente de comunicadores visuales.

 LA LUZ

Junto con el color y la perspectiva es uno de los grandes pilares de toda obra pictórica. Cuando contemplamos cualquier escena real, observamos una iluminación determinada; esto es así porque si no, veríamos sólo oscuridad y negrura. Pero la iluminación puede revestir infinitas formas diferenciadas que indefectiblemente condicionan el resultado final de la escena representada y, por tanto, nuestra percepción de la misma. En una primera gran división podemos clasificar la luz en un cuadro como luz natural o artificial. La primera reproduce lo más fielmente posible las condiciones reales de la luz solar. La segunda utiliza iluminación eléctrica o faroles o velas para crear poderosos efectos de claroscuro, destacando mucho lo deseado y dejando en acusada penumbra lo demás.