Uno de los factores fundamentales que contribuye a nuestro aprendizaje es la lectura. A la vez, la lectura es una actividad que abarca habilidades:
a) Básicas: observación, comparación, clasificación, ordenamiento y jerarquización.
b) Superiores: codificación, comparación y combinación selectiva y procesos inferenciales.
Para llegar hasta la investigación y el aprendizaje permanente, la lectura se desarrolla en cinco niveles:
PRIMER NIVEL: LITERAL.
Este nivel se sustenta en procesos básicos de pensamiento y en la aplicación de procesos mentales para obtener la representación de la información que ofrecen los textos. Se espera que el lector conozca el contenido del texto tal cual, sin interpretarlo. Mediante procesos de metalenguaje, debe lograr la comprensión cabal de las palabras que constituyen la lectura. El metalenguaje nos permite evaluar nuestra capacidad para entender todas las palabras. Si hay términos dudosos o poco conocidos, debemos proceder a precisar el sentido de dichos términos según el contexto que presenta la lectura.
Una vez que resolvemos las dudas acerca de algunos aspectos del lenguaje usado en lo que acabamos de leer, hemos logrado el dominio literal y sabemos contar lo que hemos comprendido.
Por ejemplo, a partir del párrafo que hay a continuación se puede elaborar un mapa conceptual. El proceso mental para describirlo es la observación.
“Estoy en mi escritorio y mi mirada divaga por la oficina; se detiene ante aquel inmóvil portalápices que me regalaron en mi último viaje al extranjero. ¡Es toda una obra de arte! No sé si lo amo más por su utilidad o por su apariencia; los diseños de muchos colores sobre su superficie negra me remontan a aquellos bellos y tranquilos lugares donde compartí con grandes amigos. Aunque tiene una forma rectangular –muy convencional por cierto-, se constituye en una obra muy original por su diseño hecho a mano.”
SEGUNDO NIVEL: INFERENCIAL
Se refiere a que el lector es capaz de obtener datos a partir de lo leído y logra sus propias conclusiones. Primero, el lector tendrá que codificar ciertas palabras-clave: portalápices, obra de arte, útil, último viaje, diseño, belleza, etc. En segundo lugar, debe establecer relaciones implícitas entre las palabras que se ubican en el texto, lo que llama Robert Sternberg en su teoría triádica: combinación selectiva.
Por ejemplo, de la pequeña lectura se puede inferir (pues es implícita) la siguiente información:
a) El portalápices es usado por la persona, ya que menciona que es útil.
b) El narrador ha viajado al menos dos veces al extranjero.
c) En el texto se sugieren diseños bellos y tranquilizadores que evocan recuerdos del lugar que se visitó; con esto se puede concluir que la persona disfrutó su estancia en el extranjero.
TERCER NIVEL: ANALÓGICO
Se llega al nivel analógico cuando el lector, al utilizar la información previa que ha obtenido a través de diversas lecturas, es capaz de funcionalizar la información que ya tiene con nuevos momentos de lectura. Las lecturas anteriores tendrán que ser relacionadas con algún vínculo que las asocie, en función del contenido de la nueva lectura; es decir, el lector es capaz de yuxtaponer cierta información codificada e inferida hacia el ámbito nuevo que le ofrece otro texto.
CUARTO NIVEL: DE LECTURA CRÍTICA
Los niveles anteriores de lectura conducen a la lectura crítica. El hecho de que el lector vaya desarrollando las habilidades lectoras pertinentes hará de él un sujeto más analítico y crítico. En este nivel, uno es capaz de evaluar el texto y plantear su punto de vista. Generalmente, la lectura crítica se hace evidente mediante los comentarios de un texto breve o amplio en aspectos de contenido y forma.
Algunos llaman también a este nivel el de la valoración o juicio crítico.
QUINTO NIVEL: METACOGNITIVO
La profundización en entender el texto lleva a mayores habilidades cognitivas, que facilitan la posibilidad de parafrasear el texto y evaluar el dominio que hemos alcanzado en la comprensión, análisis y enjuiciamiento.
El nivel metacognitivo es una reflexión deliberada de lo asimilado sobre el texto, de su utilidad inmediata o mediata y de lo que nos falta por seguir aprendiendo.